En un esfuerzo por aliviar las dificultades enfrentadas por aquellos que han sido forzosamente desplazados de sus hogares, Prosperidad Social ha anunciado una iniciativa esperanzadora. La entidad ha dispuesto un paquete de ayudas económicas que beneficiará a un total de 4.800 familias que han sufrido el flagelo del desplazamiento en el país.
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Prosperidad Social destina más de 21.223 millones para respaldar a hogares víctimas del desplazamiento
Prosperidad Social ha iniciado la distribución de incentivos monetarios que suman más de 21.223 millones de pesos, beneficiando a 4.839 hogares que han sido víctimas de desplazamiento forzado.
Estas familias se encuentran en regiones remotas de Bolívar, Córdoba, Sucre, Magdalena, Caldas, Santander y Norte de Santander y son parte integral del programa “Familias en su Tierra”.
Dentro de las múltiples ayudas que ofrece “Familias en su Tierra”, se encuentra el componente “Produciendo para mi hogar”. Esta iniciativa brinda apoyo a actividades productivas, otorgando un incentivo monetario de 2.686.000 pesos por hogar.
Es precisamente esta ayuda la que acaba de ser activada. Con una inversión total que asciende a 12.997 millones de pesos, el objetivo es que estas familias puedan adquirir insumos, herramientas y otros recursos esenciales. De esta manera, se busca empoderarlas para fortalecer sus proyectos actuales o iniciar nuevos emprendimientos que generen ingresos y mejoren su calidad de vida.
Prosperidad Social apoya y asesora a familias en sus emprendimientos
Dentro de este segmento del programa, las familias han propuesto diversos negocios o emprendimientos, tales como salones de belleza, tiendas, y producción de alimentos y otros productos. Más allá del incentivo monetario, Prosperidad Social les brinda asesoramiento especializado para asegurar el éxito y continuidad de estas iniciativas.
Respecto al compromiso del gobierno con las víctimas del conflicto, Laura Sarabia, directora de Prosperidad Social, expresó: “Nuestro propósito principal y el del Gobierno Nacional es lograr una transformación tangible y garantizar la inclusión social, productiva y política de las víctimas”.
Apoyo estratégico a municipios clave busca revitalizar a familias desplazadas
Prosperidad Social ha focalizado su atención en varios municipios de los departamentos señalados, entre los que se incluyen:
Arenal y Cantagallo (Bolívar); San José de Uré (Córdoba); Algarrobo y Santa Marta (Magdalena); El Carmen, Hacarí y Sardinata (Norte de Santander); Landázuri, Sabana de Torres y San Vicente de Chucurí (Santander); y finalmente, San Benito Abad (Sucre).
El programa “Familias en su Tierra” tiene como misión principal ofrecer atención integral, impulsando la estabilización socioeconómica de familias desplazadas. Estas familias forman parte de planes de retorno o reubicación en zonas rurales nacionales.
¿Quién puede acceder a los beneficios de “Familias en su Tierra”
Para ser elegible, es indispensable estar inscrito en la Red Unidos y formar parte del programa Familias en Acción de Prosperidad Social, además de cumplir con los criterios definidos por la Unidad para las Víctimas.
Aquellos que reúnan estas condiciones podrán registrar su solicitud durante los periodos de inscripción, presentando la información requerida en cualquiera de las Direcciones Regionales de Prosperidad Social.
Innovación y Compromiso: Las Nuevas Iniciativas de ‘Familias en Su Tierra’ para Fortalecer Hogares y Comunidades
Desde noviembre, el programa activará su tercer componente denominado “Vivir Mi Casa”. Esta iniciativa se orienta a la mejora y acondicionamiento de espacios vitales como baños y cocinas, así como a la adquisición de electrodomésticos y otros elementos esenciales para el hogar. Bajo “Vivir Mi Casa”, se destinará un fondo global de 8.226 millones de pesos, permitiendo que cada hogar beneficiado reciba un incentivo de 1.700.000 pesos para mejorar la habitabilidad de sus viviendas.
Un diferenciador clave de “Familias en Su Tierra” es su enfoque en el acompañamiento continuo. Durante un año, gestores especializados trabajan codo a codo con las comunidades, asegurando que cada inversión cumpla con su propósito específico y se utilice de manera íntegra para lo que fue destinada.